Descendiente de una familia de militares Miguel Gregorio de la luz Atenogenes Miramón y Tárelo, nació en la Cd. De México el 29 de septiembre de 1831, en el seno de una familia acomodada proveniente de Francia, nos contactamos con el general Miramón para pedirle una entrevista a la cual accedió muy amablemente.
Como pudimos nos trasladamos al emblemático castillo de los condes de Miramón, localizado en los pirineos franceses, lugar enmarcado por los más bellos paisajes dignos de una postal turística y llenos de una paz y tranquilidad envidiable encontramos al general Miramón en una estancia de aquel maravilloso lugar, los muebles denotaban el gran gusto y elegancia de mediados del siglo XIX, al fondo divisamos un cuadro donde se destacaba la gallardía de una figura con uniforme militar. Era una pintura de nuestro personaje en cuestión.
Haciendo alarde de la educación propia de la época, el general Miramón nos invita a tomar asiento así como también nos ofrece algo de beber. Después de unos minutos iniciamos con nuestra entrevista agradeciendo de antemano su atención por recibirnos.
¿Cuál fue la razón por que decidió ingresar al heroico colegio militar y en qué año sucedió esto?
Realmente fue por tradición, vengo de una familia de militares, mi padre el general Bernardo Miramón perteneció al ejército de las tres garantías al mando de Agustín de Iturbide, mis hermanos Bernardo y Joaquín ya eran oficiales del ejército de Maximiliano cuando yo en 1846 a los 14 años tome la decisión de ingresar al colegio militar.
¿Que nos puede platicar sobre lo sucedido el 13 de septiembre de 1847 en el alcázar del castillo de Chapultepec?
Inhalando profundamente el general Miramón se dispuso a responder. Muy bien lo recuerdo como si lo hubiese vivido ayer, aquel 12 de septiembre los pocos estudiantes que nos encontrábamos en las instalaciones del colegio militar escuchamos como los norteamericanos atacaban nuestro querido colegio. Para entonces el general Santa Anna ya nos había reforzado con un ejército de 800 soldados que estaban al mando del Nicolás Bravo, nosotros solo éramos 43 cadetes (aclaro) todo el día nos vimos asediados por la metralla extranjera y aguantando el ataque, ya para el anochecer y sin que se detuvieran en su agresión, muchos de nosotros estábamos devastados y cansados; ante esta situación algunos soldados desertaron debilitando aún más nuestra defensiva.
Al día siguiente y con el afán de protegernos, se nos dio la orden de desalojar las instalaciones del castillo, pero solo unos cuantos obedecieron tal orden, otros hicimos caso omiso a la misma por considerarlo un acto cobarde.
Tomando en cuenta trágico final que tuvieron sus compañeros (refiriéndonos a los niños héroes) ¿A qué se debió que usted no corriera la misma suerte?
Arqueando la ceja se dispuso a contestar. Tuve la valiosa fortuna que cuando estaba a punto de ser masacrado, un general norteamericano impidió que me sacrificaran me atrevo a pensar que fue por mi juventud. Este norteamericano ordeno apresarme al mismo tiempo que me brindaran ayuda médica.
Mostrando un gesto de dolor al recordar aquel episodio de su vida, comprendimos que era conveniente omitir ciertos detalles de dicha vivencia que dejo tan honda huella en sus recuerdos. El joven general tomo un sorbo de agua y nos hizo un gesto de aprobación indicándonos que podíamos continuar con la entrevista.
Siendo ya teniente de artillería, ¿en qué batallas participo?
En 1853 combatí contra los liberales defendiendo a Santa Anna durante la revolución de Ayutla , posteriormente en puebla luche contra Comonfort donde estuve a punto de ser aprendido pero un antiguo amigo del colegio militar me ayudo a liberarme mi amigo se llamó Leandro Valle.
¿Qué hecho lo llevo a ocupar el mando de jefe de los conservadores?
Siempre preste mis servicios al gobierno que en su mayoría eran conservadores y desafortunadamente al morir mi gran amigo el general Osollo pase a ocupar su lugar en dicho ejército, obteniendo sonadas victorias como: la batalla del puente de carretas y la batalla de atenquique por señalar algunas
Queriendo borrar de su rostro ese gesto de tristeza y melancolía, decidimos saber un poco más de su vida personal, para lo cual hicimos la siguiente pregunta:
¿A los cuantos años contrajo nupcias y con quién?
Su rostro se ilumino y contesto: Me case a los 27 años con una mujer maravillosa que me convirtió en padre en seis ocasiones y que me ha dado su apoyo en todo momento de mi vida, su nombre: Concepción Lombardo.
Después de conocer un poco de su familia , decidimos retomar las preguntas sobre su carrera militar.
¿Cómo empezó su enemistad con don Benito Juárez?
Por tener ideologías diferentes, ya que Juárez defendía una república independiente, democrática, gobernada por mexicanos; y nosotros (refiriéndose a los conservadores) defendíamos los derechos de la iglesia, el ejército y sobre todo la monarquía
¿Bajo qué circunstancias llego Ud. a ocupar la presidencia de la república?
Al separarse Zuloaga de la presidencia fui nombrado por decreto, presidente sustituto del 2 de febrero de 1859 al 13 de agosto de 1860.
Posteriormente y por tener mayoría de votos de los representantes de los departamentos, tome posesión el 15 de agosto de 1860.
Después de que paso a ocupar la presidencia, ¿qué hechos marcaron su vida?
En mi afán de defender mis principios conservadores me di a la tarea de combatir a Juárez, que ya se había establecido en Veracruz como presidente de los liberales, pero tuve que regresar a México porque algunos jefes republicanos junto con degollado me amenazaron de muerte.
En esta lucha como en cualquier otra tenía que haber un vencedor y un vencido, algunos opinan que me equivoque de bando pero si les aclaro, nunca fui traidor de mi patria, quizás las circunstancias me hicieron ver como tal. Después de mi derrota en 1860, me retire de México y recorrí varios países; me vine aquí a Francia
¿Qué planes tiene para el futuro?
En unos días me reúno con Napoleón III para ponerme a sus órdenes y de acuerdo a lo que se me indique será mi proceder.
Después de esta amable y amena entrevista, agradecemos el habernos recibido en su casa y fue para nosotros un honor el poder platicar con tan distinguida personalidad. nos resta desearle mucha suerte en lo que emprenda.
Siguiendo con su trayectoria nos enteramos que en 1866 regreso a México para ponerse a las órdenes de Maximiliano y después de tomar el mando del ejército imperial retomo su lucha contra Juárez. Cayendo vencido por este en junio de 1867. Siendo juzgado y sentenciado al mismo tiempo que Maximiliano y Mejía, los tres fueron ejecutados en el cerro de las campanas el 19 de junio de 1867, en ese momento Maximiliano cedió el centro como lugar de honor, reconociendo en Miramón su valentía y lealtad.
